La tortuga mediterránea está catalogada como en Peligro de Extinción por el Catálogo Español de Especies Amenazadas (Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas). De hecho, en toda la península Ibérica la especie sólo conserva poblaciones en Catalunya, ya sean naturales (P. N. de l’Albera, en el Alt Empordà) o fruto de reintroducciones (P.N. del Garraf, P.N. del Delta de l’Ebre y P.N. de la Serra del Montsant). Se calcula que en Catalunya pueden existir en libertad 8.500 ejemplares, muchos menos que en cautividad y una cifra alarmantemente baja.

A raíz de la observación de tres ejemplares de Tortuga mediterránea (Testudo h. hermanni) en la Vall Major de Bovera (comarca de Les Garrigues, Lleida) procedentes de la población reintroducida del cercano Parque Natural del Montsant (Tarragona), la Asociación TRENCA propuso al CRARC (Centre de Recuperació d’Amfibis i Rèptils de Catalunya) la posibilidad de consolidar esta incipiente población. La existencia de fincas de la propiedad de TRENCA así como otras con acuerdos de custodia del territorio, además de la idoneidad del hábitat, facilitó que se iniciara el Proyecto de Reintroducción de la Tortuga mediterránea en Les Garrigues en 2016.

Después de acondicionar las fincas reforzando el vallado existente a lo largo de todo el perímetro para evitar la fuga de los ejemplares adultos, en junio de 2016 se realizó la primera suelta (52 ejemplares), en septiembre de 2017 el segundo (30 ejs.), en noviembre de 2018 el tercero (30 ejs.), y así sucesivamente los siguientes años hasta alcanzar un total de 256 tortugas.

La aplicación de perros en este estudio mediante la Unidad Canina, así como en otros seguimientos de la especie en las zonas anteriormente mencionadas, donde existen poblaciones, será de gran ayuda. Al contrario de lo que puede parecer, localizar tortugas mediterráneas en el campo puede resultar complicado, mucho más si se trata de ejemplares juveniles o incluso de puestas. Localizarlas con eficacia en todas sus fases de desarrollo abre un abanico de oportunidades para su estudio (estimas más precisas de supervivencia y mortalidad…), conservación (translocación de ejemplares jóvenes entre poblaciones), etc.

Además, desde 2016 se han encontrado cada año tanto jóvenes tortugas como evidencias de reproducción (nidos y cáscaras de huevos), hecho que pone de manifiesto la idoneidad de la zona para acoger una población viable de la especie.

Las sueltas se aprovechan para realizar educación y concienciación ambiental para niños y niñas y adultos, muchos de ellos procedentes de pueblos cercanos, hecho de vital importancia para el éxito del proyecto.

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